Yo: “Mi nombre es Belén y soy mamá de tres.”
Todas: “Hola Belén”
Desde que soy mamá he pensado que sería buena idea que haya grupos de apoyo donde podamos “rehabilitarnos” de la maternidad cansada, frustrante, retadora e incierta. Ser mamá es hermoso, algo que no se puede entender nunca, hasta que se tiene hijos propios. Por la misma razón, la maternidad es algo que nos hace conocer miedos que no sabíamos que teníamos, saca lo mejor y peor de nosotras, nos lleva a niveles emocionales que nunca habíamos vivido. La pregunta que más a menudo me hacen es: ¿Cómo lo logras?
Trabajo desde hace 5 años en teletrabajo. ¡Sí! Mucho antes de la pandemia. También he tenido pequeños emprendimientos y jamás he tenido ayuda externa de abuelas, tías, empleadas domésticas, ni niñeras.
En marzo conseguí un excelente trabajo y durante la cuarentena me despidieron. Esta nueva realidad nos ha golpeado a todos en diferentes aspectos. Sin embargo, son los niños quienes de una u otra forma lo han sobrellevado mejor: “mami tranquila, ya sé que no podemos salir por el coronavirus”. Ellos nos transmiten esa calma que como adultos nos hace falta en medio de esta crisis. Los posts en redes de mamás fitness, mamás que optan por crianza respetuosa y mil cosas que suenan bonito, nos presionan sabiendo en el fondo que a veces lo que se lee en la teoría es muy difícil en la práctica, principalmente al tratar de equilibrar todo en un mismo lugar y al mismo tiempo.
Si algo he aprendido en cinco años con tres hijos, es que hay que seguir nuestro instinto, que inevitablemente nos vamos a equivocar, pero que debemos aprender a perdonarnos y a pedir perdón. No siempre seremos las mamás “ideales”, sin embargo, debemos aprender a reconocer nuestro esfuerzo en esta caótica experiencia de ser mamás y ahora también profesoras gracias al maravilloso coronavirus.
Por otro lado, esta realidad nos da una oportunidad de agradecer: gracias hijos porque fue difícil dejar de ver a sus amigos y lo han sobrellevado bien, gracias por llenarnos de amor que a veces sentimos no merecer, gracias por tolerar nuestra falta de atención mientras teletrabajamos. Esto algún día va a terminar y volveremos a salir de paseo, volveremos a visitar a los abuelos, volverán a jugar con sus amigos y primos. Gracias porque por amor a ustedes nos mantenemos de pie incluso frente a una pandemia mundial.
Les voy a dar unos tips “caros”, que me han costado lágrimas, esfuerzo, amor, fracasos y besitos pegajosos de mis hijos:
- ¿Sabías que a lo largo del día nos olvidamos de respirar bien? Respira cuando te sientas cansada, cuando el estrés empiece a surgir, antes de explotar: respira. Respira por un minuto, solo un minuto. Respira abdominalmente. Respira concentrándote solo en tu respiración.
- Tómate 15 minutos a lo largo del día para hacer algo que te guste. En mi caso, es mi momento del café. No fue fácil hacerles entender a mis hijos, porque la ley de Murphy en la maternidad va así: me siento a comer, voy a dar el primer bocado y enseguida, “mami ya hice popó, ven a limpiarme”. Y de estos hay muchos ejemplos. Fui firme en mi momento del café, no atiendo nada hasta terminar mi café, misteriosamente con el pasar de los días ellos entendieron que a mamá no se la necesita mientras toma su café y créanme que es gratificante tener mis 15 minutitos de tranquilidad.
- Regala a tus hijos 30 minutos por la mañana y 30 minutos en la tarde o noche ¡solo para ellos! Deja el celular en otro lado, dedícales ese tiempo exclusivo para lo que ellos necesiten o deban hacer (solo 1 hora diaria divida en dos partes, claro que si puedes más tiempo, mejor). Este corto tiempo de calidad les motivará a colaborar con tus otras responsabilidades, ya que sabrán que dos veces al día, seguro llega su momento de estar con mamá.
- Si aún trabajas desde casa, no lo hagas con pijama o ropa que se le asemeje, vístete como si fueras a salir de tu casa. Tip de belleza: Vístete siempre como que te fueras a encontrar con el amor de tu vida o tu peor enemigo. La frase no es mía, pero me ha ayudado mucho cada vez que me siento pereza de vestirme bien en casa.
- Y el mejor tip, vive un día a la vez (con los niños es un minuto a la vez). La frase está trillada, pero si la aplicamos es muy valiosa ¿Qué es vivir un día a la vez? Es saber que cada día es una nueva oportunidad para mejorar en todo sentido, es saber que los errores de ayer no me definen como ni persona, ni como madre, es soltar las frustraciones y retener los aprendizajes, es no desesperarme por el futuro incierto, sino vivir el presente, vivir con intensidad este preciso minuto. “Con los hijos los días son largos, pero los años son cortos”. A veces cuando siento que voy a colapsar, esta última frase me ayuda a pensar que algún día voy a extrañar tener a mis hijos pequeños y tantas cosas que talvez ahora me agobian, así que decido ver esas situaciones con otra perspectiva.
La maternidad es lo más hermoso, pero también es un gran reto. Que esta realidad que estamos viviendo junto a nuestros niños no nos quite la esperanza, que sepamos que vendrán días mejores, que aprendamos de este tiempo y aprovechemos las restricciones para acercarnos más a nuestros niños. Está bien que deban cumplir con las actividades escolares, pero está aún mejor que puedan ser niños, no pasa nada si no cumplen a cabalidad con una tarea, si eso fue por un momento con su familia, un tiempo de juegos divertidos con los hermanos o el desarrollar nuevas habilidades y talentos escondidos; seguro estas “pequeñas grandes cosas” se quedarán para siempre en su mente y su corazón.