
La desnutrición, una realidad alarmante en América Latina, está dejando huellas indelebles en nuestras comunidades más vulnerables. Las consecuencias de la desnutrición se presentan a través de múltiples facetas, afectando particularmente a niñas, niños y adolescentes. Las causas de la desnutrición, que varían desde la pobreza extrema hasta la inseguridad alimentaria y la falta de educación nutricional, contribuyen directamente a estas consecuencias.
De acuerdo con un informe de la ONU y la OPS, al menos el 22,5% de las personas en América Latina y el Caribe no cuentan con los medios suficientes para acceder a una alimentación saludable. Este dato refuerza la gravedad de las consecuencias de la desnutrición en nuestra región.
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Consecuencias de la desnutrición
1. Retardo en el crecimiento:
El crecimiento adecuado en la infancia es un indicador crucial de salud general y bienestar. Sin embargo, la desnutrición conduce a un retardo en el crecimiento, que no se limita solo a la altura y el peso; también se refiere a la maduración ósea y el desarrollo de órganos internos.
Estas limitaciones físicas pueden llevar a una vida de problemas de salud, limitando la posibilidad de tener una vida activa y, en algunos casos, reduciendo significativamente la esperanza de vida.
2. Vulnerabilidad a enfermedades:
La desnutrición debilita gravemente el sistema inmunológico, lo que significa que al cuerpo le cuesta combatir infecciones. Las niñas y niños desnutridos, por ejemplo, tienen un riesgo mucho mayor de sufrir enfermedades graves o mortales como neumonía, malaria, diarrea y sarampión.
Además, si un niño desnutrido logra superar una enfermedad, es probable que su recuperación sea más lenta y pueda dejar secuelas permanentes.
3. Dificultades cognitivas:
La desnutrición durante los años formativos puede tener un impacto devastador en el desarrollo cognitivo. La falta de nutrientes esenciales afecta la estructura y función del cerebro. Como resultado, los niños desnutridos pueden enfrentar problemas educativos, desde dificultades de concentración hasta problemas de memoria y habilidades motoras finas. En el largo plazo, esto puede limitar su potencial educativo y profesional.
4. Problemas emocionales y psicológicos:
La salud mental es otro ámbito seriamente afectado por la desnutrición. Las personas que enfrentan una alimentación insuficiente no solo lidian con el estrés y la ansiedad de no saber de dónde vendrá su próxima comida, sino que la falta de nutrientes esenciales también puede alterar el equilibrio químico del cerebro. Esto puede resultar en problemas emocionales como depresión, baja autoestima y dificultades en las relaciones sociales.
5. Mortalidad:
La consecuencia más grave y desgarradora de la desnutrición es la muerte. La OMS estima que la desnutrición contribuye al 45% de las muertes en niños menores de cinco años a nivel mundial. Estas muertes son el resultado directo de la malnutrición aguda, pero también de enfermedades agravadas por la desnutrición, como la diarrea y la neumonía.
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¿Cómo prevenir estas consecuencias?
Para combatir las consecuencias de la desnutrición, se requiere un esfuerzo colectivo. World Vision América Latina, por ejemplo, trabaja para contrarrestar las consecuencias de la desnutrición infantil a través de diferentes proyectos de salud y nutrición.
No podemos ignorar las consecuencias de la desnutrición que amenazan el futuro de nuestros jóvenes. Pero con educación, acciones concretas y el apoyo a organizaciones como World Vision América Latina, podemos enfrentar y superar estas consecuencias.
Tu contribución, ya sea a través de una donación o difundiendo el mensaje, es esencial en esta lucha. Juntos, podemos hacer que las consecuencias de la desnutrición sean solo un recuerdo del pasado.